
por Politican
Desde su irrupción en la política estadounidense, Donald Trump ha generado una serie de controversias y cambios en la estrategia global de Estados Unidos. Con una visión disruptiva y una retórica populista, ha cuestionado el orden internacional establecido desde la Segunda Guerra Mundial. Según el analista internacional Miguel Ángel Melián, “Donald Trump realmente quiere realizar un cambio en el sistema internacional, todo lo que se ha construido durante décadas".
En entrevista en el programa "A Buenas Horas con José Luis Martín", Melián analiza los principales puntos de inflexión en la política exterior de Trump y su impacto en las relaciones internacionales, la economía global y la seguridad mundial.
Históricamente, Estados Unidos ha sido el principal garante del orden mundial occidental, particularmente tras la implementación de acuerdos como Bretton Woods, el Plan Marshall y la creación de la OTAN. Sin embargo, en la actualidad, los pilares de ese sistema se tambalean, debido a la creciente influencia de China y la reconfiguración de alianzas estratégicas.
Melián destaca que el orden internacional lleva desplazándose desde hace décadas hacia la región del Asia-Pacífico. De hecho, en 2011, Hillary Clinton publicó en Foreign Affairs que “el futuro de nuestra seguridad y defensa está en la región del Pacífico y Asia”. Esta tendencia ha sido aprovechada por Trump para justificar una política exterior que prioriza los intereses estadounidenses en el Indo-Pacífico sobre las tradicionales alianzas con Europa.
Donald Trump ha adoptado una estrategia de realismo político similar a la de Tucídides, considerando que el poder de una nación se basa en su capacidad económica, militar y geopolítica. Estados Unidos sigue siendo una superpotencia, pero su enfoque ha cambiado: ahora se centra en la competencia directa con China y Rusia.
Una de las declaraciones más impactantes de Trump ha sido su intención de que “Canadá forme parte de Estados Unidos”. Si bien Melián considera que esto no es viable en la actualidad, destaca que históricamente ya existía esa visión estratégica en el siglo XIX.
Aunque no se espera una anexión directa, sí es probable que se refuercen los vínculos comerciales y estratégicos, especialmente en lo relativo a los recursos naturales y energéticos de la región.
Trump ha mostrado una postura ambigua respecto a la guerra en Ucrania. Su cercanía con Vladimir Putin y sus declaraciones sobre Volodymyr Zelensky han generado controversia. En palabras de Melián, "Trump utiliza la historia de la OTAN y la expansión hacia el Este para justificar su acercamiento con Putin".
Un factor clave en la negociación es el control de minerales críticos en Ucrania, fundamentales para la industria tecnológica y militar de EE.UU. Se ha alcanzado un borrador de acuerdo de 93.000 millones de dólares, aunque lejos de los 500.000 millones inicialmente exigidos por Trump.
La reciente visita de Emmanuel Macron a la Casa Blanca mostró una nueva dinámica en la relación transatlántica. Melián señala que Macron ha aprendido de su experiencia con Trump y ahora adopta una postura más firme y asertiva en el diálogo con el expresidente estadounidense.
Por otro lado, Alemania enfrenta un periodo electoral clave. La posibilidad de una “gran coalición” entre conservadores y socialdemócratas busca frenar el ascenso de la ultraderecha, pero también plantea desafíos en política económica, energética y migratoria.
Europa ha dependido históricamente del paraguas de seguridad de la OTAN, pero cada vez se debate más la necesidad de un ejército europeo independiente. Sin embargo, la falta de consenso entre los estados miembros limita su viabilidad. Alemania, bajo su nuevo liderazgo, se opone a esta idea, lo que dificulta cualquier avance en esta dirección.
Uno de los comentarios más alarmantes de Trump ha sido su afirmación sobre la cercanía de una tercera guerra mundial. Aunque no hay indicios inminentes de un conflicto global, el aumento del gasto militar y la escalada de tensiones geopolíticas generan incertidumbre.
Melián no ve peligro ante esta posibilidad y plantea una metodología de análisis basada en la comparación histórica: "Analizar la situación presente, mirar al pasado para entender patrones y proyectar posibles escenarios futuros". Desde esta perspectiva, el mundo está presenciando una reconfiguración del poder global, con un retorno a una dinámica de bloques en constante competencia.
Entrevista completa: