por Politican
En el contexto económico global, Canarias enfrenta un 2025 lleno de retos y oportunidades. Según José Miguel González, economista y director de consultoría en Corporación 5, este año marcará un punto de inflexión en la desaceleración económica que ya se vislumbraba en 2024. En entrevista en el programa "A Buenas Horas con José Luis Martín", González explora las claves de este panorama económico desde varios ángulos, incluyendo el empleo, el turismo, la vivienda y las políticas fiscales.
El año 2024 fue testigo de un crecimiento económico moderado, todavía influenciado por el rebote tras la crisis de 2020. Como explicó González, “2024 ha sido un buen año económicamente hablando, todavía estamos disfrutando del rebote de la importante caída experimentada en 2020, pero esos botes cada vez son menores”. Este fenómeno se ha mantenido constante y se proyecta que el crecimiento siga desacelerándose en 2025.
La desaceleración es un signo de estabilización tras un periodo de recuperación acelerada, pero también refleja las limitaciones estructurales de la economía canaria, que sigue dependiendo en gran medida del turismo y el consumo público. En palabras de González: “Seguimos disfrutando de los beneficios del incremento de los consumos e inversiones públicas, aunque el ámbito privado podría enfrentarse a dificultades para mantener este ritmo”.
En 2024, Canarias alcanzó cifras récord en la creación de empleo, respaldadas por un turismo en auge y una demanda constante de contratación. Sin embargo, estas cifras esconden ciertas complejidades. González señala: “La estadística tiene secretos; hay modalidades contractuales que pudieran sobredimensionar los datos de cotizantes a la seguridad social”. En particular, el contrato fijo discontinuo ha reemplazado al contrato temporal, lo que podría generar un efecto estadístico que no refleja plenamente la realidad laboral.
La clave para 2025 será consolidar estos avances sin depender únicamente de medidas temporales. “Es necesario entender no solo el número de personas contratadas, sino el número de horas efectivas trabajadas”, añadió González.
El turismo sigue siendo el motor principal de la economía canaria, con cifras récord en la llegada de visitantes durante 2024. Sin embargo, la prosperidad derivada de esta actividad no siempre se traduce en beneficios equitativos para la población local. “Seguimos observando que cuesta mucho llegar a fin de mes, y eso refleja las dificultades estructurales de redistribución de la renta en Canarias”, subrayó González.
La dependencia de Canarias del turismo y la escasa diversificación económica han acentuado las desigualdades en la región. González explicó que “Canarias es estructuralmente más cara y menos accesible que el resto del territorio nacional”. Esto se traduce en un costo de vida más alto y una brecha económica que dificulta el acceso a bienes esenciales, como la vivienda.
Uno de los problemas más acuciantes para 2025 es el déficit en el mercado inmobiliario. Según González, la brecha entre la oferta y la demanda es alarmante: “En Canarias hay una brecha de unas 100.000 viviendas. Si consideramos que el ritmo normal de construcción debería ser de 10.000 al año, el desfase es evidente”. En 2023, solo se construyeron 1.700 viviendas, lo que ilustra la magnitud del desafío.
Este déficit ha llevado a un aumento sostenido de los precios de la vivienda, agravado por la inversión extranjera. Aunque el 27% de las compras de viviendas en Canarias corresponde a extranjeros, González no ve esto como un problema. “El problema no es que se vendan viviendas de lujo; el problema es que no hay suficientes viviendas asequibles para la población local”, argumentó.
Para abordar esta crisis, es fundamental incrementar la construcción de viviendas asequibles y fomentar políticas públicas efectivas. González enfatizó la necesidad de centrarse en la oferta: “El problema de la vivienda se soluciona fabricando más viviendas, no imponiendo topes de precios que podrían alejar a la oferta del mercado”.
El contexto fiscal de 2025 estará marcado por la incertidumbre política y la posible prórroga de los presupuestos generales del Estado. Según González, “No soy optimista sobre la aprobación de un nuevo presupuesto; seguiremos con el de hace dos años, diseñado para un contexto económico y social completamente diferente”. Esta falta de adaptación podría limitar la capacidad del gobierno para responder a los retos actuales. Sin duda, añadió, la economía de Canarias en 2025 será peor que la de 2024, pero en positivo. El director de consultoría de Corporación 5 explicó que Canarias seguirá creciendo en este nuevo año pero a tasas desaceleradas.
En el ámbito laboral, se esperan dos medidas clave: la revisión al alza del salario mínimo interprofesional (SMI) y la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Aunque estas medidas buscan mejorar las condiciones de los trabajadores, González advirtió sobre sus posibles implicaciones: “Ganar más y trabajar menos es deseable, pero implica un coste adicional para las empresas. Si ese coste no se compensa con un aumento de la productividad, podría generar tensiones económicas”.
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