por Politican
Rubens Ascanio, concejal y coportavoz de Unidas se puede en La Laguna, ha presentado una pregunta para el próximo pleno municipal en la que pedirán aclaraciones ante lo sucedido en la última Noche en Blanco, donde el Obispado ordenó la retirada de carpas destinadas a actividades infantiles de la plaza elevada ubicada entre Doctor Olivera y el templo de La Concepción, alegando la propiedad de esta.
La queja, plasmada en las redes sociales, genera confusión y preocupación para el grupo político lagunero, que considera que “sería muy llamativo que el Ayuntamiento preste servicios de limpieza, jardinería y mantenimiento si realmente se trata de un espacio privado, algo que no sería admisible en otras situaciones similares, pero que nuevamente colocaría al Obispado como un privado con trato preferente”.
Ascanio recuerda que hace unos años ya hubo cierta polémica cuando un antiguo responsable municipal de Urbanismo afirmó que la escultura dedicada al Papa Juan Pablo II, emplazada en este lugar, estaba allí ya que esa plaza era propiedad del Obispado. El edil considera que la posible inmatriculación de un espacio “que debería ser público, que se limpia, se ajardina y se mantiene gracias a toda la ciudadanía, sería un auténtico escándalo”.
Para Unidas se puede el Ayuntamiento lagunero de PSOE-CC debe clarificar si considera que entre las labores públicas está “el beneficio con fondos públicos a un particular, como a fin de cuentas es el Obispado, que hace muchos años que por suerte no representa a la totalidad de la ciudadanía de Aguere”. Rubens Ascanio cree que el PSOE “debería ser coherente con sus propios documentos internos y dejar de dar un trato preferente a una entidad religiosa, aplicando esa laicidad que dicen desear como partido”.
La formación lagunera espera que se aclare lo sucedido en el próximo pleno y se diga, si es verdad o no que se ha permitido la supuesta privatización de “un lugar que ya fue reformado con dinero público hace menos de dos décadas y que incluso tiene unos baños públicos municipales, aunque lleven años cerrados”.
Para el grupo político lagunero, 2025 debe ser un año donde la laicidad avance en La Laguna y se trate al Obispado en pie de igualdad que a cualquier otro particular. “Hay que recuperar el camino y dejar de entregar lo público a una única creencia, como si no existiera una Constitución que establece la aconfesionalidad del Estado”, apostilla.