
por Politican
La presencia de la extrema derecha en Europa ha dejado de ser una anomalía episódica para convertirse en una constante política. Como bien expone en el programa "A Buenas horas con José Luis Martín" la Doctora en Ciencias Políticas, Ana López Ortega, autora del libro La extrema derecha en Europa, “ya no podemos hablar de un fenómeno episódico, una moda o el resurgimiento por una crisis concreta. Tenemos que hablar de la normalización y la institucionalización de las extremas derechas en las democracias europeas”.
Este proceso, según López Ortega, no es reciente ni improvisado. “Llevo más de 15 años estudiando a la extrema derecha, tanto en España como en Europa, desde los márgenes del sistema, cuando antes de la aparición de Vox existían alrededor de 10 partidos políticos y apenas 78.000 votos en elecciones generales”, afirma. Hoy, la situación es diametralmente opuesta.
Desde los años 80, se han formado más de 70 gobiernos de coalición con participación de fuerzas de extrema derecha. El ejemplo paradigmático fue el de Silvio Berlusconi en Italia durante los años 90, cuando gobernó con la extrema derecha fascista. Actualmente, dos gobiernos de países miembros de la Unión Europea están liderados por partidos ultraderechistas. Uno de ellos es Italia, una de las naciones fundadoras del proyecto europeo, bajo el liderazgo de Giorgia Meloni.
“En las últimas elecciones europeas de junio del año pasado, el 28% de los europeos votaron a formaciones de extrema derecha”, destaca López Ortega, ilustrando así la magnitud del fenómeno.
Para entender este proceso de normalización, Ana López lo vincula a diversos malestares que han calado en la ciudadanía desde finales de los años 80: económicos, sociales, culturales y políticos.
“Las crisis económicas han aumentado las desigualdades y generado nuevas capas de población en los márgenes del sistema”, señala. Este grupo incluye a trabajadores industriales desplazados por la globalización, agricultores empobrecidos, y jóvenes que ya no pueden permitirse vivir en las ciudades.
Asimismo, López indica que los partidos tradicionales ya no responden a las demandas de los ciudadanos. “Hay un agotamiento del Estado del Bienestar, una falta de respuesta ante las crisis migratorias, sanitarias y climáticas”, dice. A esto se suma la falta de confianza en las instituciones y medios de comunicación.
La experta destaca que las redes sociales han sido instrumentalizadas de forma efectiva por la extrema derecha. “Este ecosistema sin reglas ha sido aprovechado mejor que por otros partidos para crear bulos y beneficiarse electoralmente”, comenta.
En plataformas como TikTok o YouTube, los partidos de extrema derecha logran captar al electorado más joven, mientras los partidos tradicionales siguen sin adaptarse del todo a estos nuevos entornos digitales.
Uno de los fenómenos más significativos, según López Ortega, es cómo la extrema derecha ha influido, erosionado e incluso absorbido a los partidos conservadores tradicionales.
“Muchos conservadores han pactado con la extrema derecha. En algunos países, como Italia, han acabado desapareciendo como fuerza relevante. En Francia, las derechas tradicionales ya apenas alcanzan entre un 5 y 10% del apoyo”, señala.
En España, aunque la situación aún no ha llegado a ese punto, sí hay síntomas preocupantes. “El Partido Popular ha adoptado posturas y retóricas de la extrema derecha, como el negacionismo climático en la Comunidad Valenciana”, advierte.
En su obra, López habla de la política en “tiempos de oscuridad”, en referencia a la ruptura de consensos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial sobre derechos humanos, pluralismo y tolerancia.
“Vemos cómo las concejalías de igualdad son reemplazadas por concejalías de familia, o cómo se impulsa el revisionismo histórico y el negacionismo climático. La extrema derecha redefine lo políticamente correcto a través de una batalla cultural”, explica.
López Ortega señala que uno de los grandes retos es combatir la desinformación. La Ley de Servicios Digitales aprobada en la Unión Europea en 2023 fue un paso crucial, pero “aún no se ha implementado plenamente”.
Por otro lado, el periodismo tiene un rol vital. “Los medios tradicionales deben recuperar la confianza de la ciudadanía. La verificación de datos se ha convertido en una disciplina clave para desmontar los bulos que difunden las extremas derechas”.
El panorama es complejo: “Las encuestas muestran que los jóvenes confían más en un YouTuber o un TikTok que en un periodista profesional”. Esto es aprovechado por la extrema derecha para generar narrativas propias y manipular el discurso público.
Cuando se pregunta a Ana López cuál ha sido el momento más perturbador de su investigación, lo tiene claro: “El paso de las palabras a la violencia”. Recuerda con énfasis el atentado de Utoya (Noruega, 2011), donde Anders Breivik asesinó a 67 jóvenes por “defender una Europa multicultural”.
“Ese tipo de terrorismo de extrema derecha ya está considerado por los servicios de inteligencia europeos como una amenaza al mismo nivel que el terrorismo yihadista”, concluye.
Puedes conseguir el libro en este enlace:
Entrevista completa: