sábado 19 de abril de 2025 - Edición Nº627

Puertos

Entrevista Exclusiva

Toñi Bordón: "En verano de 2025 ya estaremos atracando los primeros barcos en el Muelle Nelson Mandela"

La jefa de infraestructuras de la Autoridad Portuaria de Las Palmas confirma que la obra del Nelson Mandela ya está al 70% hecha y tiene un coste de 25 millones de euros


por Politican


 

Las Palmas de Gran Canaria, como uno de los principales centros logísticos y comerciales del Atlántico, posee una infraestructura portuaria clave no solo para Canarias, sino para una amplia región que incluye África Occidental y Europa. Dentro de esta dinámica, Toñi Bordón, jefa de Infraestructuras de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, desempeña un rol central en la planificación, desarrollo y ejecución de obras que permiten que el puerto siga siendo un referente internacional. A continuación, exploramos los retos, avances y el futuro del puerto según sus propias palabras.

 

La complejidad de gestionar múltiples proyectos simultáneamente

Una de las características más destacadas de la gestión de infraestructuras en el puerto de Las Palmas es la diversidad de proyectos que se llevan a cabo simultáneamente. Según Bordón, la autoridad portuaria saca anualmente "una media de entre 25 y 30 proyectos al año", algunos de los cuales, debido a retrasos por cuestiones administrativas, pueden no coincidir en el tiempo. Actualmente, la jefa de Infraestructuras estima que tienen "unas 10 o 15 obras activas, entre grandes y pequeñas", lo que demuestra la envergadura de las operaciones.

 

Es importante recordar que no todas las obras tienen la visibilidad de los grandes diques o muelles. Bordón señala que también se trata de proyectos más pequeños, como "reparar una acera, acondicionar un edificio o asfaltar una calle", que, aunque puedan parecer menores, requieren el mismo proceso administrativo que las grandes obras. "Arreglar una farola también es una obra", subraya.

 

La expansión del puerto: Límites y oportunidades

Uno de los temas más recurrentes cuando se habla del puerto de Las Palmas es su capacidad de expansión. El crecimiento de este puerto es fundamental para el desarrollo económico de la región, ya que actúa como "la puerta de entrada para toda la economía de las Islas", en palabras de Bordón. Todo lo que llega a Canarias, desde alimentos hasta calzado, pasa por el puerto. Esto hace que su expansión sea no solo deseable, sino necesaria.

 

Sin embargo, la expansión del puerto no es sencilla. Como explica Bordón, "vivimos en una isla" y eso significa que "no tenemos la disponibilidad de materiales pétreos en los volúmenes que necesitamos". La isla de La Isleta ha sido una fuente de material para las infraestructuras, pero esa opción se está agotando debido a la presencia de zonas militares y espacios naturales protegidos. "Estamos muy justitos y no nos va a dar para mucho más", advierte.

 

Frente a estas limitaciones, es necesario buscar nuevas alternativas para continuar con el crecimiento del puerto. Aunque el objetivo es ampliar sin depender tanto de materiales pétreos, las soluciones no son fáciles de encontrar. En este sentido, la planificación a largo plazo es clave para garantizar la sostenibilidad del puerto como principal puerta de entrada y salida de mercancías de Canarias.

 

Grandes obras en el puerto: Un proceso complejo y desafiante

Las grandes obras en el puerto, como la construcción de diques y muelles, son un ejemplo de los desafíos logísticos y técnicos que enfrentan diariamente. Un ejemplo paradigmático es el proyecto del Muelle Nelson Mandela, donde la infraestructura que se está construyendo tiene un costo aproximado de 25 millones de euros. "Ya tenemos el 70% de la obra hecha", indica Bordón, aunque "el 80% de una infraestructura portuaria está debajo del agua", por lo que muchas veces los ciudadanos no perciben el progreso visible hasta que la obra está prácticamente finalizada.

 

Precisamente se espera que el muelle Nelson Mandela esté listo para recibir barcos el próximo verano. "El verano del año que viene estaremos atracando los primeros barcos allí, seguro", afirma con confianza.

 

Fondeo de cajones: La parte más crítica de una obra marítima

Uno de los momentos más críticos de estas grandes obras es el fondeo de los cajones, piezas clave en la construcción de diques. Según explica Bordón, "fondear los cajones es la parte más complicada de una obra marítima" y requiere condiciones climatológicas óptimas, ya que "con oleaje no se puede fondear". Esto puede causar retrasos significativos si las condiciones meteorológicas no son las adecuadas. De hecho, comenta que en ocasiones "hemos estado un mes sin poder hacer nada porque no se podían fondear cajones".

 

El proceso en sí es minucioso. Los cajones se construyen en fábricas a flote y, una vez completados, se desplazan hasta el sitio donde se ha formado una banqueta. Allí, el cajón se "llena de agua para que baje y quede depositado en el fondo", tras lo cual se empieza a trabajar en la parte emergida de la infraestructura. Este proceso requiere un alto nivel de precisión y coordinación, ya que cualquier fallo puede suponer grandes retrasos.

 

Sostenibilidad y respeto al medio ambiente

Uno de los pilares fundamentales en todas las obras que se realizan en el puerto de Las Palmas es el respeto al medio ambiente. Como señala Bordón, "todas las obras tienen una declaración de impacto ambiental aprobada y vigente", y durante la ejecución de cada obra se realizan controles de ruidos submarinos para asegurarse de que los trabajos no afecten a la fauna marina. Además, "se hacen inspecciones de cetáceos o avistamientos de peces", y si algún animal es detectado, "se paran los trabajos hasta que el pez se va".

 

Este enfoque sostenible no solo se aplica a las obras en el puerto principal de Las Palmas, sino también a otros proyectos en puertos de la región. Por ejemplo, en el Muelle de Arinaga, la futura ampliación buscará aliviar la carga del puerto principal al trasladar ciertos tráficos que no requieren estar en Las Palmas, liberando así espacio para operaciones más cruciales.

 

La importancia de los faros en la actualidad

A pesar de que los sistemas modernos de navegación han reducido la dependencia de los faros tradicionales, su relevancia sigue siendo indiscutible. "Si un faro está apagado, los barcos tienen suficientes medios para posicionarse y saber dónde están, pero son elementos muy nuestros, muy de lo que es una isla o una vida marítima", explica Toñi Bordón. Los faros no solo sirven como guía en caso de emergencias, sino que también tienen un valor histórico y cultural inestimable.

 

El mantenimiento de un faro no se limita únicamente a la torre visible que caracteriza a estas construcciones. Existen dos grandes áreas en su conservación, según explica Bordón: “Por un lado, está el mantenimiento de la propia luz, los temas electrónicos y de comunicaciones, que se hace a diario o semanalmente según sea necesario por personal propio de la Autoridad Portuaria”. Este trabajo incluye la revisión y aseguramiento de que las luces funcionan correctamente, un aspecto crucial en la seguridad marítima.

 

Por otro lado, está el mantenimiento de la infraestructura del faro, como la torre y los componentes que pueden verse afectados por la corrosión y el paso del tiempo. Bordón detalla que estas tareas incluyen "pintura, pequeñas obras de albañilería y problemas de corrosión que puedan surgir por la acción del oleaje". Este tipo de mantenimiento se realiza de manera más programada, ya que la infraestructura del faro no requiere atenciones diarias, sino que suele revisarse cada 8 o 10 años.

 

Actualmente, la Autoridad Portuaria de Las Palmas está trabajando en la restauración del faro de Sardina en Gran Canaria, un proyecto que destaca por su complejidad debido a las condiciones ambientales. "Estamos con el faro de Sardina, y también vamos a hacer actuaciones en faros en Lanzarote y Fuerteventura, que ya presentan bastante deterioro y necesitan intervención", asegura Bordón.

 

Como parte de su labor, también gestionan las infraestructuras portuarias, que requieren constante vigilancia y mantenimiento, especialmente por los efectos de la marea en las construcciones submarinas.

 

"Lo que está debajo del agua, mientras se mantenga ahí, no se oxida; el problema está en la franja que queda en la carrera de la marea", explica Bordón, refiriéndose a los tres o cuatro metros de infraestructura que están sometidos a cambios constantes entre estar sumergidos y expuestos al aire. Este proceso acelerado de deterioro es uno de los aspectos más costosos de mantener en un puerto.

 

Entrevista completa: