miércoles 03 de julio de 2024 - Edición Nº337

Opinión

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¿Tenemos la peor clase política de los últimos 45 años?

La columna del presidente de ACOP


por Óscar Álvarez


Alberto Nuñez Feijóo, líder del PP en España, afirmó recientemente que “tenemos la peor clase política de los últimos 45 años, incluido el Partido Popular”, algo que llevo escuchando mucho tiempo en privado a políticos de todos los partidos. ¿Es cierta esta afirmación?

 
Mucho ha cambiado la sociedad (y la política) en los últimos 45 años. En España comenzaba la transición y, la necesidad de construir una democracia, llevaba a políticos de izquierdas y de derechas a buscar acuerdos y espacios de consenso que permitiesen la convivencia durante las próximas décadas. ¿Acaso se refiere Feijóo a que los padres de la constitución española eran mejores políticos porque eran capaces de encontrar el acuerdo que ahora nos es esquivo?


El mundo era muy diferente entonces. No existía la tiranía de la inmediatez que la digitalización ha traído consigo. Las noticias se consumían en los informativos de medio día (en la radio o en el único canal de televisión) o en los periódicos del día siguiente. Una forma de trabajo que los analógicos gabinetes de prensa (no de comunicación) han mantenido hasta hace poco. 


Nadie sabía qué era Internet, ni mucho menos se podía imaginar que unos lustros después todos llevaríamos encima ‘teléfonos inteligentes’ o que los jóvenes de 2024 se informarían a través de una red social (¿qué es eso?).


Según los estudios, en la actualidad recibimos alrededor de 6.000 impactos publicitarios diarios (uno cada 10 segundos) de los que solo somos capaces de procesar y retener 18. Las métricas de las redes sociales nos dicen que no se consumen más de los 10 primeros segundos de los videos. ¿Acaso se puede explicar una posición política o institucional en 10 segundos?
 

Este contexto de competición acelerada por colocar nuestro mensaje en 10 segundos nos ha llevado a simplificar tanto los mensajes, que no se anima a la reflexión. No hay tiempo para pensar, leer, conversar o informarnos. No hay tiempo para ser críticos o propositivos, para convencer. De lo único que se trata es de llegar rápido, directos y de forma original, por supuesto.


La política también es víctima de este frenesí. La clase política se ha instalado en el corto plazo y el ataque al contrario. Con tanto déficit de atención es más fácil atar (impactar en términos digitales) a los convencidos que convencer a los indecisos.


Yo no creo que la clase política sea peor que hace 45 años. Lo que creo es que debe adaptarse a una sociedad que ha cambiado y que vive más deprisa, pero la responsabilidad de crear espacios de acuerdo y poner las luces largas y quitar las cortas les corresponde a los políticos y las políticas. Que no tengan dudas de que los profesionales de la comunicación política les ayudaremos en la tarea.

 

Artículo extraído de la revista de ACOP

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