
por Politican
El Ayuntamiento de Santa Cruz, a través del distrito Centro-Ifara, ha procedido al traslado y reubicación junto a la Casa Pisaca de la Cruz de San Agustín, uno de los elementos más históricos, significativos y reconocidos del barrio de El Toscal. Para el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, la Cruz de San Agustín “es mucho más que un vestigio religioso, ya que es un símbolo histórico que conecta a la ciudad con su pasado y por eso debemos protegerla, darle visibilidad y reivindicarla como parte esencial del patrimonio cultural y artístico de El Toscal en particular y de la capital en general”.
La concejala del distrito Centro-Ifara, Purificación Dávila, agradeció “la sensibilidad y el esfuerzo de Rosa Ramallo, presidenta de la Asociación Luz y Vida del barrio de El Toscal, que recuperó la Cruz de San Agustín para devolverla a la memoria de la ciudad” y apostó por “transmitir su significado a las generaciones futuras es garantizar que la memoria de la ciudad no se diluya”. De hecho, la nueva ubicación de este bien patrimonial pretende ser un homenaje al servicio prestado por la Asociación de Vecinos de Luz y Vida, responsables de su restauración.
La Cruz de San Agustín: memoria viva de Santa Cruz
En Santa Cruz de Tenerife, la huella de los agustinos fue breve, pero dejó un testimonio que ha resistido al paso de los siglos: la Cruz de San Agustín. No es solo un vestigio religioso, sino un símbolo histórico que conecta a la ciudad con su pasado. En el siglo XVIII, los agustinos intentaron asentarse a través de un hospicio que, aunque efímero, dio nombre a calles hoy desaparecidas y dejó su impronta en la memoria del antiguo entorno portuario. La cruz, erigida junto a aquel espacio, permaneció como recordatorio de esa presencia.
Su historia, sin embargo, no ha estado exenta de vicisitudes. La cruz desapareció cuando la familia Rodríguez López levantó en 1945 su mansión en la actual calle La Marina número 57, y fue trasladada a los depósitos municipales. Allí permaneció olvidada hasta que fue rescatada por Rosa Ramallo, presidenta de la Asociación Luz y Vida.
El recorrido histórico de la Cruz de San Agustín quedará reflejado en dos paneles, ubicados en el lugar donde estaba hasta ahora en la esquina con la calle La Marina y junto a la Casa Pisaca. El primero de ellos lleva como título “La Cruz y los agustinos en Santa Cruz de Tenerife” y en él se hace referencia a los orígenes del monumento. Se explica que la presencia de la Orden de San Agustín en Santa Cruz de Tenerife es testimonial, ya que no llegó a erigir ningún convento, como sí lo hicieron dominicos y franciscanos.
También se detalla que en torno a 1711, hubo un primer intento de fundar un Hospicio, aunque no llegó a hacerse realidad. Pero en el segundo tercio del siglo XVIII, sí se fundó uno. Este recinto sirvió para albergar a los religiosos de paso que embarcaban en el Puerto o como lugar de descanso para los que se trasladaban de un convento a otro y tuvo una vida muy corta, pues en 1767 se decretó su cierre por Real Provisión. El lugar de ese espacio estaba “al final mismo de la calle de la Marina, muy próximo entonces al camino que iba a parar a la Huerta de los Melones, sendero que llevaba al castillo de Paso Alto”.
La Cruz de San Agustín, situada hasta 2025 en este lugar, es uno de los pocos vestigios de la presencia agustina en Santa Cruz, ya que otros elementos como el callejero se han perdido. Su primera casa dio nombre a la calle del “Hospicio Viejo”, mientras que la definitiva fundación propició el nombre de calle del “Hospicio agustino” y luego, de “San Agustín”. Hasta la primera mitad del siglo XX estuvo también presente la cruz, recuperada hace unos años, hasta su cambio de ubicación llevada a cabo en la actualidad.
Con motivo de las obras realizadas en este entorno, la cruz ha sido trasladada al exterior de la Casa Pisaca, en el barrio de El Toscal. Con ello se favorece también la adecuada conservación y preservación de este hito histórico dentro del patrimonio artístico de Santa Cruz de Tenerife.
En esa nueva ubicación también hay un panel explicativo con el título “La Cruz de San Agustín” y en él se explica que la conocida como Cruz de San Agustín tuvo su origen en el Hospicio que la Orden de ermitaños estableció en Santa Cruz de Tenerife en el segundo tercio del siglo XVIII, después de un intento fallido en 1711.
Este lugar de estancia breve de los frailes fue clausurado en 1767, por lo que los vestigios de la presencia de la Orden en Santa Cruz son escasos. Solo se ha conservado hasta la actualidad la presencia de esta cruz, levantada hasta 2025 en la confluencia de las calles de La Marina y San Francisco, por ser allí la zona donde se ubicó el Hospicio.
La cruz, según se relata en un documento conservado en el Archivo Histórico Nacional, “se ha fabricado por el Padre Lector Fray Joseph Antonio Guirola después que vino de Indias con dinero de su depósito y peculio por la parte del mar en la bocacalle una Cruz con su peana de piedras hechas de piedra viva a todo costo y se espera hará en dicho Hospicio lo más que pueda”. Este escrito está vinculado, según el historiador Carlos Rodríguez Morales, con la colocación de la cruz que debió ser sobre 1751, año en el que el padre Guirola regresó de México.