
por Politican
En el dinámico paisaje de la arquitectura moderna, la búsqueda de la eficiencia energética se ha convertido en una prioridad ineludible. Edificios emblemáticos como el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, con su distintiva fachada acristalada, se enfrentan al desafío de equilibrar la estética con un rendimiento energético óptimo. En este contexto, la intervención de empresas especializadas como Upgrade Smart Solutions se vuelve crucial, liderando proyectos de transformación profunda que redefinen la relación de los edificios con su entorno y su consumo. Giuseppe Barretta, gerente y asesor técnico de la compañía, nos desvela los pormenores de una iniciativa que promete posicionar al Museo Elder a la vanguardia de la sostenibilidad.
"La palabra envolvente define lo que es la parte exterior de todo un edificio", explica Barretta, poniendo en perspectiva el punto focal de la intervención. En el caso del Museo Elder, esta envolvente es predominantemente acristalada, un elemento que, si bien aporta una estética moderna y luminosa, históricamente ha sido un punto débil en términos de eficiencia. "El museo tiene una envolvente acristalada que ha una transmisión de calor, de energía térmica, energía solar, bastante importante, siendo el 90% del edificio y ahí es donde llegan efectivamente los consumos energéticos de climatización, de refrigeración", detalla Barretta. Es en este punto crítico donde Upgrade Smart Solutions ha encontrado una oportunidad para revolucionar el paradigma.
El proyecto del Museo Elder no es una simple mejora, sino una reinvención integral de su piel exterior. La licitación obtenida a finales de 2024 marca el inicio de una fase de "transformar, modificar y actualizar lo que es la envolvente del museo y la parte acristalada", utilizando una tecnología que Barretta describe sin ambages: "Le vamos a instalar una lámina de control solar que es la mejor del mundo como prestaciones, pero sobre todo como rendimiento en el largo periodo". Esta lámina, de origen americano y con una historia de fabricación de casi 90 años, representa la culminación de décadas de innovación. "Hoy tenemos láminas no solo con altísimas prestaciones sino que tengan una duración muy larga", subraya el experto, enfatizando la garantía de 15 años que respalda su instalación, una cifra inigualable en el mercado actual.
La elección de esta tecnología no es casual. Responde a una necesidad apremiante de reducir el consumo energético, una meta que el Museo Elder está decidido a alcanzar. Barretta confía plenamente en el impacto de esta medida: "El ahorro energético que se puede obtener será altísimo. Hablamos que este tipo de material se amortiza en un par de años". Más allá del beneficio económico, la empresa se compromete a mantener la efectividad de la solución a lo largo del tiempo.
La transformación del Museo Elder va más allá de la mera reducción del consumo energético; implica una redefinición completa de su estética y funcionalidad. Giuseppe Barretta describe con entusiasmo el cambio visual que experimentará el edificio: "Estéticamente el museo hoy tiene vidrio tintado, un semi reflectante y tiene una tinta muy oscura”. Es un azul fuerte, como detalla, y todo el mundo conoce el Elder como ese edificio acristalado azul. Esta imagen familiar está a punto de cambiar drásticamente. "En cuestión de muy poco tiempo, el Museo Elder será un edificio totalmente reflectante, un espejo completo que durante la mañana reflejará lo que es el muelle y durante la tarde reflejará lo que es la plaza de Santa Catalina". Esta nueva apariencia no solo será un deleite visual, sino que es el corazón de la eficiencia. La lámina "reflectante espejo con plata pulverizada en el interior de la lámina" será la encargada de garantizarla.
El funcionamiento es sencillo pero revolucionario: "hablamos de un espejo que rebotará el 64-65% de la energía solar, que hoy en día llega contra el cristal y por la masa el color del vidrio calienta el vidrio, y de esa manera también la carga térmica interior y el calor y el aire acondicionado". Con la nueva lámina, este porcentaje de energía solar será "directamente rechazado y no llegará ni a tocar el vidrio", ya que la lámina se instalará en el exterior. Esto creará una "envolvente nueva, una nueva piel que va a proteger todo lo que es el interior del museo de la temperatura del ultravioleta", como explica.
Los beneficios son múltiples y tangibles. La eliminación total de los rayos ultravioleta es un factor crucial en una región como Canarias, donde están "siempre muy presentes y que son muy dañinos para todo, no solo a las personas, sino también para las cosas". El museo, sus exposiciones y sus visitantes estarán "totalmente protegidos, sin necesariamente gastar mucho dinero en climatización, consumir mucha energía y al mismo tiempo protegiendo todo lo que es al interior, incluso a las personas". El impacto en el confort interior será muy elevado, con una reducción estimada de la carga térmica del 85%. "Es decir, que entrará el 85% menos de calor", enfatiza Barretta, una cifra que ilustra el salto cuántico en eficiencia.
La superioridad de esta solución radica en su contraste con las tecnologías anteriores. El vidrio tintado oscuro, común en construcciones de hace 25 años como el Elder, "lo que hacía a su tiempo era absorber todo el calor, bloquearlo en el vidrio, calentar el vidrio, pero de reducir la temperatura interior, lo siento mucho, eso es otra cosa", explica Barretta. La nueva lámina aborda el problema de raíz, impidiendo que el calor penetre. Los resultados esperados son asombrosos: "una reducción de la temperatura de mínimo 6ºC. 6 grados centígrados reducirlo con un aire acondicionado de buena calidad ya es un reto. Esto lo hará la lámina por su cuenta, una protección pasiva en ese sentido".
La elección de la lámina para el Museo Elder ha sido meticulosamente pensada para las condiciones climáticas específicas de Canarias. Barretta aclara que la lámina seleccionada es "de altísimas prestaciones para lo que se refiere al verano o en ese sentido al calor exterior". A diferencia de las láminas para climas más fríos, que se instalan en el interior y atrapan el calor, esta solución exterior previene su entrada. "Nosotros trabajamos justamente al exterior para evitar que el calor llegue a la ventana". La experiencia demuestra que las láminas interiores, aunque útiles en países nórdicos, "no va bien ni en Europa del Sur porque cuando entra el calor en el verano se queda atrapado dentro y entonces eso es mejor evitarlo".
El alcance de la intervención es considerable. Se instalarán láminas en "casi casi 1000 m²" de cristales, cubriendo "unos 500 vidrios de más o menos 2 m² cada uno". Sin embargo, el proyecto del Elder trasciende la mera instalación de láminas de control solar. Es parte de un plan ambicioso para convertir el edificio en "un edificio de consumo nulo, que lo que debe deberían hacer todos los edificios públicos en los próximos 5 años, para cumplir la agenda 2030". Este objetivo se complementará con la incorporación de "la fotovoltaica, la nueva climatización", creando un ecosistema energético completamente autosuficiente.
El proyecto del Museo Elder incorpora otra capa de innovación tecnológica: las láminas inteligentes. "Elder también eligió repetir una experiencia que ya han probado y es la de usar láminas inteligentes ", comenta Barretta.
A diferencia de las láminas solares estáticas, las láminas inteligentes son dinámicas. "Aquí hablamos de una lámina que es transparente y que,
según la necesidad a nivel de privacidad o reducción del deslumbramiento, con un mando a distancia o con una aplicación o con la voz con Alexa, se puede encender y apagar un cristal". Barretta lo compara con "una cortina, pero directamente instalada en el cristal", con la ventaja de ser "más transparente que un vidrio", alcanzando hasta un 91% de transparencia cuando están encendidas. Consumen apenas 5W por metro cuadrado, lo que las hace increíblemente eficientes.
Esta tecnología permite un control solar aún más preciso. Cuando la lámina está transparente, la protección recae en la lámina exterior de control solar. Barretta critica las cortinas tradicionales por su dificultad de limpieza, su fragilidad y la acumulación de polvo, problemas que las láminas inteligentes eliminan por completo. "Hoy en día se puede tener un vidrio totalmente transparente o totalmente opaco según las necesidades".
El Museo Elder, como institución tecnológica, ya estaba familiarizado con este producto. "Nosotros le hemos hecho un trabajo muy grande de 150 metros más o menos en una fachada entera. Ahí descubrieron cuánto es dinámico poder disfrutar de una protección solar en ese sentido", recuerda Barretta. La experiencia positiva llevó a incorporar estas láminas en el nuevo proyecto para asegurar una protección integral en todo el edificio.
La visión del Museo Elder va más allá de la instalación. Se busca crear una experiencia interactiva para los visitantes, especialmente en la segunda planta, en la sala de juegos. "Ya está previsto poner ahí también lámina inteligente, pero no tendrán mando porque obviamente allí está abierto al público. Ahí pondremos unos sensores que cuando el usuario se acerque al cristal, automáticamente se encenderá y se apagará", revela Barretta. Esta misma dinámica se aplicará en la escalera, permitiendo a los visitantes "darse cuenta de ese tipo de función y de los beneficios que habrá". Cuando la lámina esté transparente, la protección solar se mantendrá, pero al activarse en opaco, "le dará aún más sombrita, por así decirlo, que será seguramente muy agradable para los usuarios".
La intención es clara: educar y concienciar. La accesibilidad a esta tecnología para el público general es un objetivo fundamental. "Es muy interesante, creo, que los canarios que vienen al museo y no son pocos, como sabemos, puedan probarlo y mirarlo y valorarlo también para su casa o para su oficina".
Desde el punto de vista estético, el cambio será significativo. "Lo que cambiará la atención es que siendo un espejo total se podrá repetir en la fachada lo que haya en el entorno". Barretta lo ve como una oportunidad para que el edificio "hable con el idioma de alrededor", transformándose de una estructura estática a un elemento dinámico que interactúa con su entorno, reflejando el muelle, la plaza y el cielo canario, tal y como concluye.
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