
por Politican
Dinamiza Rural, una iniciativa impulsada por GMR Canarias, bajo la dirección de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias no es solo un programa de ayudas; es una declaración de intenciones, una apuesta decidida por revitalizar los municipios más pequeños del archipiélago y devolverles el protagonismo que merecen. Juan Antonio Alonso, consejero delegado de GMR Canarias, explica en el programa "A Buenas Horas con José Luis Martín" las claves de un éxito que, según sus propias palabras, ha superado todas las expectativas.
La puesta en marcha de Dinamiza Rural no fue un acto solitario. Juan Antonio Alonso subraya el papel fundamental de la Federación Canaria de Municipios (FECAM). La propuesta, originada desde Presidencia del Gobierno a través del Comisionado para el Reto Demográfico, encontró en la FECAM el aliado perfecto para llegar a los 46 municipios del archipiélago que cumplen el requisito poblacional.
El proyecto, que filosóficamente comparte objetivos con otras iniciativas exitosas como "Crecer Juntos", se adaptó para enfrentar un desafío único: llegar a más de la mitad de los municipios de Canarias. Era, en palabras de Alonso, "una apuesta de este gobierno para llegar a ese tipo de poblaciones que a veces por muchas razones siempre están siendo descuidadas". El objetivo era claro: revertir la tendencia de pérdida de población, actividad económica y el abandono de las medianías.
El verdadero termómetro del éxito de una iniciativa es la respuesta de sus destinatarios. Y en el caso de Dinamiza Rural, la reacción fue abrumadora. El equipo de GMR envió una ficha a los 46 ayuntamientos para sondear su interés y recabar propuestas. La sorpresa fue mayúscula. "Ni siquiera nosotros los más optimistas pensábamos en que tuviese tremenda acogida", confiesa Alonso.
El éxito de Dinamiza Rural no reside únicamente en su dotación presupuestaria de 2,5 millones de euros, sino en su filosofía de trabajo, una metodología que empodera a los municipios y pone en valor sus propios recursos. Se trata de un cambio de paradigma: el gobierno no impone, sino que escucha y facilita.
Una de las claves fundamentales que Juan Antonio Alonso recalca con insistencia es que el proyecto funciona en dirección ascendente. No se trata de un calendario de actividades diseñado desde un despacho en la capital. Al contrario, "los proyectos salen de los ayuntamientos". Esta es la esencia. "Estamos intentando gestionar las actividades que los propios municipios nos proponen", explica.
Esta escucha activa permite que las acciones sean pertinentes y respondan a las necesidades reales de cada localidad. Un municipio puede necesitar una feria para una cosecha específica, mientras que otro puede beneficiarse más de una ruta de senderismo o un programa de formación. Es un modelo que respeta la idiosincrasia de cada lugar, generando un mayor grado de implicación y pertenencia.
Viniendo de la Consejería de Agricultura, era natural que el sector primario jugara un papel crucial. Sin embargo, Dinamiza Rural va más allá, situando al producto local en el epicentro de todas las acciones. "Nosotros, lógicamente por de donde venimos, que es la Consejería de Agricultura, intentando poner siempre al producto como protagonista de todas las acciones", subraya Alonso.
Esta filosofía se materializa de múltiples formas: desde ferias y degustaciones hasta la fusión con la cultura, el deporte o el turismo. La idea es crear un ecosistema donde todo gire en torno a lo local, fomentando el kilómetro cero en su máxima expresión. Esto implica no solo promocionar el producto, sino también utilizar "proveedores locales, buscando economía circular, buscando dinamización".
Más allá de las cifras, el verdadero impacto de Dinamiza Rural se mide en los cambios de mentalidad, en la creación de un futuro sostenible para el campo canario y en la demostración de que una administración ágil es posible.
Juan Antonio Alonso lanza una reflexión que es, en sí misma, una hoja de ruta: "Sin agricultura no hay paisaje, sin paisaje no hay turismo y sin turismo estamos condenados a tener un problema como sociedad". Esta frase resume la interdependencia vital entre el sector primario y el motor económico de Canarias. El proyecto busca que la sociedad entienda que el paisaje que tanto atrae al turismo no es un decorado natural, sino el resultado del trabajo de agricultores, ganaderos y pescadores.
Valorizar el producto canario se convierte, por tanto, en una filosofía necesaria. "Valorizar el producto canario es una filosofía que nos llevará a pagar lo razonable por el producto. Sin costes de producción cubiertos no hay futuro", sentencia Alonso. El objetivo es romper con la idea de que la agricultura es una actividad marginal y convertirla en una profesión de oportunidad, rentable y apasionante.
Uno de los aspectos más innovadores y dignos de mención es el compromiso con la eficiencia administrativa. En un entorno a menudo lastrado por la burocracia, Dinamiza Rural ha establecido un sistema rápido y flexible. Las actividades, en su mayoría diseñadas como contratos menores, permiten una ejecución y un pago rápidos. Alonso es tajante en este punto: "Aquí la actividad se celebra y a los 30 días está el proveedor cobrando".
Esta agilidad no es un detalle menor. Genera confianza en los proveedores locales, que ven recompensado su trabajo sin demoras, y en los propios ayuntamientos, que perciben el proyecto como una herramienta eficaz y no como una carrera de obstáculos burocráticos. Es una muestra de que la administración puede y debe ser un facilitador.
Dinamiza Rural es una pieza visible y exitosa, pero forma parte de un engranaje mucho mayor. GMR Canarias, como empresa instrumental del Gobierno, tiene la vista puesta en consolidar estos éxitos y expandir su labor para fortalecer el medio rural de forma estructural y duradera.
Un proyecto tan exitoso no puede depender de los vaivenes políticos. Juan Antonio Alonso expresa una visión a largo plazo que busca blindar estas iniciativas. "Tenemos que dejar una empresa que esté al margen de los cambios políticos", afirma con convicción. El objetivo es pasar de proyectos coyunturales, sujetos a la duración de una legislatura, a un plan estratégico estable que garantice la continuidad. "Estamos inmersos en un plan estratégico que permita tener una visión más allá de 4 años", revela.
Los frutos de Dinamiza Rural ya son visibles. La Feria de la Piña Tropical en Frontera (El Hierro) es un claro ejemplo de cómo una debilidad puede convertirse en una fortaleza, poniendo en el mapa un cultivo de gran valor. Las actividades en municipios como Arico, El Sauzal, La Victoria o La Matanza demuestran la capilaridad y la buena acogida del programa en todas las islas.
El plan, tras un balance formal que se realizará después del verano, es identificar los proyectos más espectaculares y replicarlos. "A veces, copiar lo mejor es una buena idea", comenta Alonso, promoviendo la creación de sinergias entre municipios.
El éxito actual es solo el principio. La demanda y el entusiasmo de los ayuntamientos ya hacen prever que "el año que viene me van a pedir más y mejor", sentencia Alonso. Esto obligará a GMR a presentar proyectos más ambiciosos para el ejercicio de 2026. La idea es, quizás, bajar la frecuencia de actividades para aumentar la importancia económica y el impacto de cada una de ellas, siempre que la disponibilidad presupuestaria lo permita, asegura.
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