
por Politican
El sector del automóvil, a menudo considerado un termómetro fidedigno de la salud económica de una región, presenta en Canarias una radiografía llena de matices. Al llegar al ecuador del año, las cifras globales pueden invitar a un optimismo moderado, pero un análisis más profundo, guiado por la experiencia de Rafael Pombriego, vicepresidente de la Federación Regional de Empresas Importadoras y Concesionarias de Automóviles de Canarias (Fredica) en el programa "A Buenas Horas con José Luis Martín", revela una realidad compleja y preocupante. A pesar de un crecimiento general, la debilidad en el canal de ventas a particulares enciende todas las alarmas y destapa problemas estructurales que van mucho más allá de la simple compraventa de vehículos.
A primera vista, los datos podrían parecer alentadores. Sin embargo, como advierte el vicepresidente de Fredica, es crucial analizar las cifras con detalle para comprender la verdadera dinámica del mercado.
Al observar el panorama general, Rafael Pombriego señala que, en lo que va de año, se registra un crecimiento en torno al 7%. "No es un mal dato", admite, pero inmediatamente introduce el matiz clave: el origen de ese crecimiento. El buen comportamiento proviene, en gran medida, del sector comercial e industrial, así como del canal de rent a car, impulsado por la robusta actividad turística. Pombriego lo describe claramente: "El sector empresarial va tirando bien del mercado". Las empresas, tanto las que renuevan sus flotas comerciales como las dedicadas al arrendamiento de vehículos, han sido el motor que ha mantenido las cifras en positivo.
No obstante, esta fortaleza contrasta de manera dramática con la situación del comprador individual, un segmento vital para la rentabilidad y la salud a largo plazo del sector.
El dato que más inquieta a Fredica es la venta a particulares, es decir, “los coches que compran las personas individualmente o las familias”. Aquí, la tendencia es alarmantemente negativa. Pombriego revela una cifra contundente: "en el mes de mayo, que es el último mes que hemos cerrado, las ventas acumuladas caen un 10,3% con respecto al año anterior".
Este no es un dato menor. Para el sector, este canal es crucial porque, a diferencia de las ventas de flotas donde los márgenes se reducen por el volumen y los descuentos, la venta particular "es una operación desde ese punto de vista más rentable". Por lo tanto, su caída no solo impacta en el volumen, sino directamente en la viabilidad económica de los concesionarios. Más allá del negocio, Pombriego subraya su valor como indicador socioeconómico: "nos está reflejando que, por parte de las familias, las cosas no están tan bien como deberían".
Aunque el sector empresarial ha sido el sostén, Pombriego advierte sobre una nueva señal de alarma surgida en mayo. "He dicho que el mercado de las empresas iba bien, pero en mayo cayó", explica con preocupación. La compra de vehículos comerciales ligeros e incluso pesados, después de meses de crecimiento sostenido, experimentó un retroceso. Si bien es pronto para determinar si es un cambio de tendencia, Pombriego lo califica como "una alerta de esos nubarrones que comentaba antes". La esperanza del sector es que sea un bache puntual y que la actividad económica, fundamental para Canarias, siga tirando del carro.
La caída del 10,3% en las ventas a particulares no es fruto del desinterés. El problema, según Pombriego, es mucho más profundo y se ancla en la precaria situación económica de muchos hogares canarios.
Cuando se le pregunta si la gente no compra porque no quiere o porque no puede, la respuesta del vicepresidente de Fredica es tajante: "El problema yo creo que es un problema vinculado sobre todo a lo que ha pasado en los últimos años: la inflación ha hecho estragos". La gente, en su mayoría, necesita renovar su vehículo, pero se encuentra con un muro insalvable. Pombriego es claro: "La gente no puede acceder porque no tiene capacidad económica para responder a esos créditos que solemos pedir para comprar un coche".
A esto se suma una variable endémica del archipiélago: "los salarios, desgraciadamente, sobre todo en el caso de Canarias, que tenemos de los peores salarios medios de España, pues eso dificulta muchísimo que las personas adquieran un coche". El poder adquisitivo se ha visto mermado, y ante el aumento del coste de la cesta de la compra o la vivienda, la renovación del coche deja de ser una prioridad para convertirse en un lujo inalcanzable para muchos. La financiación, necesaria en más del 80% de las operaciones, se vuelve inaccesible para quienes no reúnen los requisitos económicos.
Esta dificultad para adquirir vehículos nuevos tiene una consecuencia directa y muy peligrosa: el envejecimiento del parque automovilístico. Pombriego califica la situación de "tema delicado", ya que Canarias, junto con Extremadura, tiene "el parque automovilístico más viejo de España, que ya tiene una media de 16 años de antigüedad".
Esto va más allá de una simple estadística. Un parque envejecido significa que las carreteras canarias están llenas de vehículos que son:
- Más contaminantes: Emiten más gases nocivos, en contra de todos los objetivos medioambientales.
- Menos eficientes: Consumen más combustible, afectando aún más al bolsillo de sus propietarios.
- Menos seguros: Carecen de los sistemas de seguridad activa y pasiva que incorporan los modelos modernos.
La situación se agrava con otro dato alarmante relacionado con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). "Estamos viendo cómo en la inspección prácticamente más del 20% de los vehículos no van a pasar la inspección técnica", revela Pombriego. La razón es dramática: "la gente no pasa el coche por la inspección porque sabe que no la va a pasar". Esto implica que una parte significativa del parque circula de manera irregular, suponiendo "un verdadero peligro, ya no solo para el que conduce el coche, sino para el resto de los ciudadanos".
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