
por Politican
El presidente de ATA Canarias, Pedro Andueza, expone en el programa "A Buenas Horas con José Luis Martín" los principales desafíos que enfrentan los autónomos canarios en un contexto de reformas legislativas, digitalización forzada y transformación económica. Desde el “kit de supervivencia” empresarial hasta la necesidad urgente de acompañamiento profesional, su voz se alza como una defensa férrea de un colectivo clave en la economía insular.
En el archipiélago canario, los autónomos no son una excepción en el tablero económico, sino la pieza central del entramado empresarial. Como detalla Pedro Andueza, presidente de ATA Canarias, “del 100% de los autónomos de nuestra región, el 90% tiene menos de nueve empleados, pero es que el 85% tiene menos de dos empleados”. Este dato no es menor: ilustra la debilidad estructural de un colectivo que soporta gran parte del dinamismo económico local, pero sin los medios ni el respaldo necesario para afrontar las constantes reformas.
Con la inminente implementación de medidas como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, se teme que el impacto sea especialmente duro para este colectivo. Andueza es tajante: "la reducción de jornada en este caso va a ser que el autónomo trabaje más. Sin duda". Para él, esta política no está pensada desde una visión realista ni proporcional: “No tenemos una estructura que nos permite a los autónomos repercutir esa carga como una gran empresa”.
La reducción de la jornada laboral, aunque bien intencionada desde el prisma del equilibrio vida-trabajo, no contempla la realidad del autónomo, que ya trabaja más de 50 horas semanales en muchos casos. Pedro Andueza denuncia que no ha habido ni diálogo social ni estudio de impacto sectorial. La consecuencia, como señala es que “el autónomo no va a cerrar media hora antes. Lo va a asumir él en su jornada. Porque no puede contratar más personal. Los márgenes no lo permiten".
Este tipo de medidas, asegura, profundizan en la desigualdad entre grandes empresas y pequeños negocios, y terminan afectando también al consumidor, que verá reflejado ese esfuerzo extra en los precios finales o en una disminución de la calidad del servicio.
Entrando en materia fiscal de cara a la Renta 2024, Pedro Andueza recuerda que, aunque hay margen para deducir ciertos gastos, la complejidad legislativa es tal que resulta inviable para el autónomo medio manejarla sin ayuda experta:
“Tenemos más de un millón de hojas en nuestro Boletín Oficial cada año… imposible para un autónomo poder estar al día con toda la legislación en materia fiscal y laboral”.
Los gastos deducibles, según explica, deben estar documentados, justificados y registrados con trazabilidad clara. Desde comidas hasta materiales promocionales, pasando por desplazamientos, todo es susceptible de deducción… siempre y cuando se pueda demostrar su vinculación directa con la actividad económica. En este sentido, Andueza hace una defensa encendida del papel de los asesores y asegura que “el papel que juegan nuestros asesores es clave, porque son ellos los que viven el día a día de la realidad que pide la inspección fiscal”,
Otro asunto que preocupa a los autónomos es la obligatoriedad de la factura electrónica a partir de 2026 porque representa otro gran reto para el colectivo. Aunque se plantea como una herramienta de modernización, la realidad muestra otra cara. Apenas un 35% de los autónomos canarios tiene una página web, y una gran parte aún desconoce cómo funcionarán las nuevas plataformas digitales. Andueza lo describe con preocupación. “Todavía el autónomo le falta no solamente conocimiento, sino también herramientas… son nuevos costes, suponen nuevas trabas, dificultan la actividad del autónomo”, como asegura Andueza.
Este escenario, advierte, no solo puede ralentizar el proceso de digitalización, sino generar una nueva forma de exclusión empresarial, especialmente entre los trabajadores por cuenta propia de mayor edad.
A pesar de las dificultades, el crecimiento de nuevos autónomos en Canarias no se detiene. En palabras de Andueza, “en términos interanuales hemos crecido 3.400 nuevos autónomos. Además, la mujer autónoma crece a un ritmo un 60% superior al del hombre.” Este aumento se concentra en sectores como las actividades científicas, profesionales y la construcción.
Sin embargo, no todo son buenas noticias: el comercio minorista, uno de los pilares tradicionales de la economía canaria, pierde fuerza con una caída de 340 autónomos interanuales. La amenaza para la vitalidad de los barrios es clara: “Los comercios son lo que nos da vida a las ciudades. Un pueblo muere cuando muere la luz verde de la farmacia”, apunta.
Uno de los mayores desafíos sigue siendo la alta mortandad empresarial. Según Andueza, “el 50% de los negocios duran alrededor de 3 años”, y esto se debe en gran parte a la acumulación de cargas burocráticas, costes crecientes y falta de apoyo institucional.
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