viernes 02 de mayo de 2025 - Edición Nº640

Política general

Entrevista Exclusiva

José Miguel González: "Es conveniente llevar efectivo siempre, no solo por el apagón"

El apagón del pasado lunes ha reavivado el debate sobre la necesidad de mantener el dinero en efectivo como alternativa de respaldo


por Politican


El pasado lunes España vivió una situación excepcional: un apagón masivo que dejó a gran parte del país sin suministro eléctrico durante varias horas. Este evento, más allá de su carácter anecdótico, tiene importantes implicaciones económicas, sociales y estructurales. Para comprender mejor las consecuencias y sus posibles efectos a corto y largo plazo, analizamos las declaraciones y reflexiones del economista José Miguel González, director de consultoría en Corporación 5, en el programa "A Buenas horas con José Luis Martín" quien ha ofrecido una visión precisa y crítica sobre lo ocurrido.

 

El coste del apagón: entre la estimación y la realidad

Uno de los aspectos más discutidos tras el apagón fue su impacto económico. ¿Cuánto dinero perdió realmente el país? Según José Miguel González:

 

"Haciendo una simple división, tengamos en consideración que el producto intero bruto de España es de unos 1,5 billones con B de euros al año. Si dividimos entre los 365 días, tendríamos el número de el PIB, que es más o menos unos 4000 millones de euros al día y lo llevamos  por horas son 167 millones de euros a la hora".

 

González estima que, considerando una paralización de unas 10 horas, la pérdida aproximada rondaría los 1.600 millones de euros. Aunque algunos informes elevan esa cifra hasta los 4.500 millones, el economista considera este último número "excesivo".

 

Canarias, un caso particular

Canarias vivió también las consecuencias, aunque en menor medida. En términos económicos, según González, las islas podrían representar entre un 3% y un 5% del coste nacional estimado. No obstante, se registraron problemas en las telecomunicaciones y vuelos cancelados, lo cual genera un impacto turístico y logístico.

"Nosotros representamos entre un 3 y un 5% de lo que sucede en el ámbito nacional... pero yo creo que no, bastante menos que esa operación."

 

 

Reflexión sobre la digitalización financiera

Uno de los efectos más visibles del apagón fue la imposibilidad de pagar electrónicamente. Este hecho ha reavivado el debate sobre la necesidad de mantener el dinero en efectivo como alternativa de respaldo. José Miguel González lo explica con una metáfora ilustrativa:

 

"Como en el oeste antes se dependía de un caballo... con el dinero va a pasar igual. Es conveniente ahora mismo tener algo de efectivo por si acaso".

 

Aunque el futuro se perfila claramente hacia la digitalización, el economista advierte que la transición debe ser prudente, ya que la dependencia tecnológica implica riesgos sistémicos, como se vio en el apagón.

 

González también reflexiona sobre cómo el dinero digital ha transformado los hábitos de consumo, asegura que "ahora con los dispositivos móviles controlas los gastos hasta con las propias aplicaciones y a partir de esas circunstancias, pues te da un poco de disciplina financiera."

El reto es fomentar una cultura del ahorro consciente y la planificación de gastos, independientemente del medio de pago utilizado.

 

Jornada laboral y estructura empresarial: una ecuación compleja

Otro tema que ha regresado a la agenda es la propuesta de reducir la jornada laboral sin disminución salarial. González se muestra cauto y advierte sobre la necesidad de analizar sector por sector: "En algunos sectores sí, en algunas empresas sí, en otras va a conllevar un coste determinado".

 

Por ejemplo, en sectores intensivos en conocimiento y tecnología, una mayor productividad podría compensar la menor jornada. Sin embargo, en sectores como la hostelería o restauración, esto podría suponer una sobrecarga operativa, "no puedo servir más cafés en 7 días. Si reduzco la jornada, necesitaré más personal o reduciré días de apertura", como asegura.

 

La situación se complica aún más en Canarias, donde el 55% del tejido empresarial está conformado por microempresas con uno o dos empleados. Esto limita seriamente la capacidad de adaptación a políticas laborales más ambiciosas sin una adecuada compensación fiscal o  estructural "entendamos que ese empleo, si no tiene líneas de compensación, puede generar efectos perversos", asegura.

 

Entrevista completa: